¿Has oído hablar de las Bibliotecas de las Cosas?
Estarás pensando… ¿Las bibliotecas no son de libros? Pues sí, claro. Pero ahora, existen también las bibliotecas de cosas, también llamadas ‘objetotecas’.
Son iniciativas que pretenden fomentar el préstamo a módico precio de cosas, objetos y utensilios que las personas no suelen tener en casa, pero que necesitan de vez en cuando.
Estos objetos pueden ser, principalmente, herramientas de bricolaje, de limpieza, de jardinería, pero también un proyector, unas muletas, una máquina de hacer pan o una maleta grande.
Nos hemos acostumbrado a acumular objetos en casa que casi no utilizamos, aunque ocupan espacio, cuestan dinero y acaban generando residuos.
Por ejemplo: imagínate que el taladro eléctrico medio se utiliza durante 15 minutos en toda su vida útil. Entonces, ¿qué sentido tiene comprar algo así? Es mucho más eficiente compartirlo.
Por ello, han surgido iniciativas como esta, que promueven que se compartan las cosas, en vez de comprarlas.
Beneficios medioambientales, sociales y económicos
El objetivo principal de este servicio es reducir los residuos y ahorrar dinero, ya que los objetos llegan al final de su vida útil, evitando la generación de residuos innecesarios y por ende, el consumo y los gastos.
Al mismo tiempo, el hecho de compartir objetos entre las personas, permite conocer a otras personas del barrio o de la zona, generando comunidad y vínculos sociales.
De este modo, no solo se comparten objetos, sino que también se comparten historias.
¿Cómo funciona?
En Barcelona, existe la Biblioteca de les Coses, en el barrio de Sant Martí, desde hace tres años.
Usar este servicio es muy fácil:
- Te das de alta como usuario.
- Consultar el catálogo de objetos online.
- Vas a recoger el objeto elegido.
- Lo usas para lo que necesites.
- Lo devuelves antes de la fecha límite.
De este modo, evitamos comprar de más y gastar en objetos que no usamos habitualmente y alargamos la vida de estos objetos que nosotros u otras personas podamos tener en casa, permitiendo que más personas disfruten de ellos y generando menos residuos y menos consumo.
Los objetos se revisan y reacondicionan periódicamente para que siempre estén en perfecto estado.
Además, también organizan talleres y charlas para enseñar a reparar objetos y para colaborar y captar voluntarios para el centro.
Este proyecto funciona gracias a un equipo de personas voluntarias que ofrecen su tiempo y su conocimiento en distintas disciplinas: atención al cliente, gestión del catálogo de objetos, mantenimiento y reparación, comunicación, organización de actividades…
Existen iniciativas similares en otras ciudades, como Londres, Bruselas, Berlín o New York, y poco a poco se irán multiplicando por el mundo, siendo una alternativa muy interesante a la compra de esos objetos que utilizamos muy pocas veces.
¿Te apuntas a compartir?
Imagen: https://www.libraryofthings.co.uk/